Sostenía su taza de té en las manos. O quizás su taza, el calor de su taza, le sostenía. No podía hablar ni beber; solamente sostener.
Que raro este nuevo mundo donde el té no se tomaba y el aire dolía. Que raro este sentimiento de derrota mientras el mundo celebraba.
Llorar, Percy quería llorar. Quería recostar su cabeza contra el pecho de su mama - pero ella apena sostenía. Ella temblaba de dolor. Y Percy sostenía su taza de té, sus lágrimas enfriando el líquido.
"Hijo..."
Arthur se sentó al lado de Percy con gestos lentos, penosos. Una sonrisa y un abrazo. Percy lloró.